domingo, 7 de noviembre de 2010

LOS NIÑOS DEL LLULLAILLACO

Según los investigadores que estudiaron las piezas, los "Niños del Llullaillaco" fueron los protagonistas de la máxima ofrenda realizada por los Incas a sus dioses en una ceremonia denominada "Capacocha".







Según los investigadores que estudiaron las piezas, los "Niños del Llullaillaco" fueron los protagonistas de la máxima ofrenda realizada por los Incas a sus dioses en una ceremonia denominada "Capacocha".

Elegidos por su perfección física y por su condición política y social, los niños fueron conducidos a la cima del volcán
-en lo que es la tumba inca a mayor altura encontrada-,
el "punto más cercano al Sol", para convertirse en dioses vigilantes y protectores de las comunidades bajo el imperio incaico.
"La Niña del Rayo", de un poco más de 6 años, estaba sentada con las piernas flexionadas, las manos semi-abiertas apoyadas sobre los muslos y su rostro en alto mirando hacia el oeste-suroeste.

Según las investigaciones, luego de su entierro, la elevada temperatura de una descarga eléctrica quemó parte de su rostro, cuello, hombros y brazos, como asimismo sus prendas y parte de su ajuar.
La niña lleva puesto un "sacu", vestido marrón claro ceñido en la cintura por una faja multicolor, y sobre sus hombros lleva una "lliclla", un manto marrón sostenido por un "tupu" (broche o prendedor) de plata.
"La Doncella", de unos 15 años, estaba sentada con las piernas cruzadas, sus brazos apoyados sobre el vientre y su rostro mirando en dirección opuesta a la "Niña del Rayo".

Su rostro fue pintado con un pigmento rojo y arriba de la boca se observan pequeños fragmentos de hojas de coca.
Según los investigadores, posiblemente esta joven haya sido una "aclla" o "virgen del Sol" educada en la "Casa de las Escogidas" o "aclla huasi", un lugar de privilegio para las mujeres en los tiempos incaicos.
"El Niño", de 7 años, estaba sentado sobre una túnica gris con las piernas flexionadas y su rostro -en dirección al este- apoyado sobre las rodillas.
Como todos los hombres de la elite incaica, llevaba cabello corto y un adorno de plumas blancas.
Está vestido con una prenda de color rojo; tiene en sus pies mocasines de cuero con apliques de lana marrón, con tobilleras de piel de animal, y en su muñeca derecha lleva puesto un brazalete de plata.
Como Ocurrio..???

El viernes 26 de febrero de 1999 partió de la ciudad de Salta un equipo de investigación dirigido por el Dr. Johan Reinhard e integrado por catorce personas, dos norteamericanos, seis argentinos y seis peruanos.

El Ejército Argentino puso a disposición dos camiones unimog para el traslado hasta el volcán Llullaillaco, a lo que se sumó una camioneta doble tracción que permaneció en la base del volcán durante toda la campaña.
Luego de hacer escala en las localidades de San Antonio de los Cobres, Salar de Pocitos, Tolar Grande y Estación Socompa muy cercana al volcán.

Al medio día del miércoles 3 de marzo se arribó al lugar donde se instaló el campamento base, a una altura de 4.900 metros.
El viaje no estuvo exento de contratiempos, los camiones recalentaban el motor y la escasez de agua de la zona transformaron esto en un verdadero problema. Antes de llegar a la ciudad de Tolar Grande, un recipiente de gasoil se derramó sobre una caja de alimentos ocasionando una pérdida grave que fue difícil paliar.
El alimento y el agua estaban calculados exactamente por día y por persona, debiendo ser muy estrictos con las raciones.

En el campamento base habían dos tanques de 200 litros de agua, los cuales debían durar por lo menos una semana hasta la instalación de los campamentos superiores donde se encontraría nieve para derretir.

Cada persona podía consumir un máximo de 4 litros por día, tanto para beber, limpiar las vajillas, como para el aseo mínimo personal.
Durante la primer semana se realizaron traslados de alimentos y herramientas a los campamentos intermedio intalado a 5.800 mts. y de altura a 6.600 mts. hasta dejarlos completamente equipados.

También al mismo tiempo se realizaron trabajos de relevamiento y registro de los numerosos sitios arqueológicos ubicados entre la base y la cima.
El campamento estaba formado por varias carpas pequeñas para dos o tres personas y una carpa grande donde entraba todo el equipo, además de ser un espacio para comer, el grupo se reunía y planificaba las actividades de la campaña.

Había turnos rotativos para encargarse de la comida del día, limpieza de las vajillas y derretimiento de nieve para el abastecimiento de agua..
Se trasportaron dos garrafas de gas de 10 Kg para hacer funcionar un anafe de dos hornallas.

En cada campamento se construyó un pequeño pircado o empalizada para que funcione como baño.

El campamento superior (6.600 m) se instaló en un lugar protegido de las frecuentes tormentas eléctricas estivales.
La comunicación entre los campamentos o grupos de trabajo se realizaba a través de radios de largo alcance, se disponía además de un teléfono satelital para cualquier emergencia y para comunicarse con los familiares de los expedicionarios.

Para recargar las pilas de los equipos se trasportaron dos baterías de automóvil que a su vez eran alimentadas con un panel de energía solar despleglable.
El miércoles 10 de marzo ya estaban todos los integrantes del equipo de investigación en el último campamento a 6.600 m.

Las tareas realizadas los dos primeros días en la cima consistieron en el relevamiento de todas las estructuras arqueológicas y una excavación en un pircado circular.

Los días 12 y 13 de marzo se desató una tormenta que cubrió el campamento con medio metro de nieve, debiendo los expedicionarios suspender todas las actividades y permanecer en las carpas, en estos días se registraron temperaturas extremas de 37° C bajo cero.
“Las condiciones sólo aumentaron mi respeto por la hazaña de los incas, no sólo haber excavado las tumbas, sino también construido estructuras a más de seis kilómetros de altura utilizando piedras encontradas en la cima de la montaña” J. Reinhard
El domingo 14 de marzo cuatro integrantes del equipo descendieron para regresar a Salta mientras el resto del grupo reinicia las actividades de registro y excavación en la plataforma ceremonial.

Al día siguiente aparecieron tres figurillas de llamas, dos de concha marina y una de plata, constituyéndose en el primer hallazgo realizado en el lugar de ofrendas de la cima.

Medio metro más abajo se encontraba el cuerpo de El Niño.
El miércoles 17 de marzo el peruano Arcadio Mamaní descubrió en el sector Sur de la plataforma el enterratorio del niño y su ajuar.

Ese mismo día, pocos metros más al norte, el salteño Antonio Mercado y el peruano Ruddy Perea localizaron el cuerpo de una jovencita hoy conocida como La Doncella.

El enterratorio de la Niña del Rayo fue descubierto dos días después por el peruano Orlando Jaen.
“Esto es increíble, gritó, y todos nos reunimos para ver que había encontrado una hilera de tocados de plumas multicolores, cuatro estatuas femeninas enterradas.

Al seguir excavando hallamos un bulto revelador.
Consternados, vimos que la envoltura exterior estaba calcinada: la descarga de un rayo había penetrado más de un metro en la tierra y alcanzado a la momia.” J. Reinhard
El sábado 20 de marzo concluyeron las excavaciones en la cima y los investigadores procedieron a rellenar los pozos y dejar el lugar como estaba antes de las excavaciones.

A través del teléfono satelital el Dr. Reinhard se comunicaba con el Director de Patrimonio Cultural de Salta, arquitecto Mario Lazarovich, coordinando las acciones para el traslado adecuado de los cuerpos y ajuar a la ciudad de Salta.
El viernes 26 de marzo, luego de permanecer en la base del volcán durante un par de días realizando el acondicionamiento y catalogación de los materiales, el grupo inició el regreso a la ciudad de Salta a la que llegaron al día siguiente en horas de la noche.

Objetos Encontrados juntos a los niños

Estos niños se encuentran alojados en el MAAM ocupa un histórico y señorial edificio de mediados del siglo XIX emplazado en el costado oeste de la plaza principal de la ciudad de Salta.
El interior fue remodelado, conservando estructuras históricas, adaptándolo a su nueva función.

Equipado con la más moderna tecnología, alberga, diversas actividades que convergen en torno a la valiosa colección que en él se exhibe.
Cuenta con área de exposición permanente y otra destinada a exposiciones temporarias, laboratorios para estudios científicos y laboratorios de conservación museológica.

También alberga una biblioteca pública, un centro de información andina, salas de conferencias, cafetería y tienda de recuerdos.

La circulación entre la planta baja y sus tres niveles superiores se realiza por una escalera principal, doble, inspirada en aquella legendaria que Leonardo Da Vinci diseñara para el palacio de Chambord en la Loire.

Otro módulo de escaleras, oculto, relaciona los laboratorios entre sí.

Un gran elevador, con capacidad para 12 personas, sirve para el desplazamiento de los grupos de visitantes.

Por la rareza y peculiaridades de su colección, el ambiente, en la totalidad del interior, está controlado manteniendo el aire filtrado y desbacterizado, a una temperatura constante de 18 °C y con un 45 % de humedad.

También cuenta con un sofisticado sistema de iluminación controlada que se intensifica ante la presencia de público.

Las salas de exposición están equipadas con tres bandas de sonido que intentan recrear cantos, música y sonidos precolombinos.

A esto se suman cuatro videos documentales de moderno formato.

Las áreas de circulación pública del Museo se encuentran contextualizadas con obras de arte realizadas por artistas salteños, que unen un rico pasado histórico con expresiones plásticas contemporáneas.

http://www.youtube.com/watch?v=9HUms7LfNCY

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