Una nueva visita a Salta realizará la presidente Cristina Kirchner el próximo 22 de marzo, y la información asegura que es con motivo de la apertura de una planta fabril, pero la circunstancia de que llegue a días a las elecciones provinciales hace dudar que ese sea el verdadero motivo.
Como jefa de Estado realizó su primera visita a Salta en marzo de 2008 para inaugurar de modo virtual -ya que lo hizo desde el Centro de Convenciones, sin desplazarse al interior- una etapa de pavimentación en la ruta 81.
En su discurso, al resaltar las obras públicas en ejecución, prometió la reactivación del Ferrocarril Belgrano Cargas, promesa que ha quedado incumplida.
Ese mismo año regresó para las celebraciones del 25 de mayo, viaje que según la opinión generalizada tenía como motivo escaparle al tedeum y a la homilía del cardenal Jorge Bergoglio, mientras que otras opiniones la interpretaban como una reparación a la conducta de su esposo que, como se recuerda, nunca pisó suelo salteño mientras ejerció ese cargo.
En aquella ocasión el discurso presidencial estuvo exento de promesas, aunque sí mantuvo un extraño silencio sobre anuncios orientados al futuro, dado el conflicto con el campo.
Regresó a tierra salteña, sólo por unas horas, el 11 de febrero del 2009, a causa de la trágica inundación de Tartagal.
Dijo que “el problema no es solamente la tragedia de la naturaleza, sino la tragedia de la pobreza”, y señaló que había que realizar más obra pública.
Una prometida conferencia de prensa no se realizó, embarcó en un helicóptero que la llevó al aeropuerto de Mosconi y regresó inmediatamente a Buenos Aires.
Hubo durante y después de su visita anuncios y promesas que giraban alrededor de la obra pública pero que, en buena parte, aún no se concretaron.
No menos vacía de resultados fue su última llegada a esta provincia el 18 de junio de 2009, para inaugurar el Tren Urbano en Salta y poner en marcha el ambicioso proyecto nacional de trenes urbanos que contemplaba cinco ramales ferroviarios en las provincias de Buenos Aires, Córdoba, Chaco, Salta y Tucumán.
No pasó mucho tiempo para que ese anunciado proyecto se desvaneciera en la bruma federal.
El tan esperado tren urbano de los salteños “por ahora no será posible” anunció el entonces secretario de Planificación del municipio, Emiliano Venier, confirmando la noticia.
Hubo un expresivo silencio del coordinador de Proyectos Ferroviarios del Ejecutivo provincial, el ex romerista Gabriel Roberts.
¿A qué viene la Presidente a Salta si no va a contestar sobre estas frustraciones o tantas otras provocadas por la lejanía y el enajenamiento del poder de decisión en temas vitales?
¿Qué respuestas puede dar sobre la ineficacia de Vialidad Nacional en el mantenimiento de las rutas nacionales que discurren por suelo salteño, que afloró con las recientes tragedias e incomunicación vial en la provincia?
¿Qué puede conocerse acerca del pensamiento de quien, fiel a un estilo, huye y rehúye las conferencias de prensa; de quién ha manifestado que los fotógrafos son los periodistas que más le agradan con motivo de que trabajan sin hacer preguntas?
Cristina Kirchner viene a Salta para hacer campaña política, no es otro el fin de su peregrinación al Norte.
Llega porque no una sino dos fórmulas, la de Urtubey-Zottos y la de Wayar-Guaymás, traccionan votos para el kirchnerismo puro, votos que suman, como ahora los de Catamarca, para lograr el ambicioso proyecto presidencial de ganar las elecciones en octubre prescindiendo del peronismo, ganarlas por méritos no compartidos, partitura cuya ejecución intentara anteriormente Néstor Kirchner, que llegó hasta la crítica de Perón en ese afán.
Los votos de Salta servirán para engrosar la envergadura de la candidatura cristinista, aunque aquí deba de hacer malabarismo para lograr que las dos fórmulas colectoras sientan que reciben ellas similares atenciones.
Este viaje de campaña es una prueba más de que la viuda de Kirchner es la candidata para octubre, que la pretendida incertidumbre sobre su decisión no es tal y que, seguramente, ese sentimiento que le produce el llamado pejotismo le ha hecho elegir ya un vicepresidente in pectore ajeno al aparato peronista.
Mientras tanto, a escasos meses de las elecciones, sigue jugando al misterio de las candidaturas, como si gobernar fuese sólo un juego.
Dr. Armando José Frezze
Abogado
Ex juez de la Corte de Justicia de Salta
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