29 DE MAYO
Nació
ese día, cuatro días después de parida la Patria.
Sin vestuario, munición y solo
a lanza y sable se largó a los caminos para apuntalar la libertad.
Nunca se le
hizo fácil su accionar, desde Cotagaita y Suipacha hasta hoy acumuló en su haber
coraje y heroísmo.
Donde la Patria necesitaba un puesto, un fortín, una mera
guardia o defenderse de una agresión allí siempre estuvo y sus hombres no
escatimaron sacrificios ni tormentos y aunque solo tenían un brazo fuerte y un
sable para defenderla nunca se supo de ninguno de ellos que le diera la
espalda.
Hoy
quieren matarlo.
Se han juntado mercenarios traidores y descaradas meretrices
que repiten estrafalarias historias nacidas de aquellos que con las armas nunca
pudieron derrotarlo.
Hoy apelan al desconcierto estúpido de los que, muertos de
miedo, les golpeaban las puertas para que los salvaran de un destino de lacayos
y ya tranquilos aceptan hoy como verdad cualquier afrenta vil que se use para
desangrarlo.
Sin
embargo, pese a que esta caterva roñosa cuenta con medios de difusión de
cualquier color y enjuague, con escribas que pergeñan textos amañados y con
genuflexos urgidos por puestos y canonjías, se me hace que no lo van a lograr.
Quizás haya más razones pero se que no lo van a lograr porque veo a Viejos
Soldados tomar la persecución de que son objeto como un acto de servicio más,
porque pese a las diatribas infames, a las mentiras abyectas, a las descaradas
traiciones hay quienes siguen creyendo con fuerza de dogma que un soldado, al
igual que un sacerdote, es in aeternum, que no necesita un uniforme
para ser lo que es, pero que si lo tiene no lo deshonrará, pero fundamentalmente
porque aún hay quienes, jóvenes, sabiendo que su futuro será de privaciones
siguen creyendo que es milicia la vida del hombre sobre la
tierra.
Solo
le pido a Dios Nuestro Señor- Nuestro Dios de los Ejércitos- que le siga dando
fuerzas, lo afirme en sus tradiciones, lo sustente en los malos momentos y
proteja siempre a sus hombres, que seguro jamás rezan por sus vidas sino por
cumplir cabalmente con su deber, porque si algo es seguro es que sin él no hay
Patria.
JOSE
LUIS MILIA
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