martes, 5 de julio de 2011

CHARLA DE MARIA LIVIA GALIANO


Parte de las reflexiones de María Livia en el encuentro con la gente al día siguiente de subir al Cerro.

Al principio, cuenta un poco la historia y después responde las preguntas de la gente.

María Livia comienza leyendo una parte del Evangelio que hace referencia a que:

“Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá.


Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.

¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan?

¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente?

¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?

Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan".

María Livia leyó después un mensaje del día 18-01-1996, que dice lo siguiente:

Dice Jesús: “Venid a Mi, todos los que estáis agobiados, os aliviaré de todas vuestras penas”


Venid a refugiaros en Mi Sagrado Corazón Eucarístico.

Dice la ¡Madre! María Santísima: Cuando habla Mi Divino Hijo, Cielos y Tierra se postran en adoración. Cada Palabra de Dios, tiene el peso de toda la eternidad. Obedecedle y alabadlo por medio de la oración.

Amén. Amén. Amén.

Luego agradeció en nombre de la Virgen por la presencia de los peregrinos que respondieron a su llamado, a los sacerdotes y a los que hicieron posible la llegada de tantos peregrinos.


Luego de contar la historia de las apariciones, cuenta sobre las profecías que hay sobre la Argentina.

Dice que el país va a pasar por una gran purificación, que las apariciones en Salta, significaban que la Virgen había triunfado, que el demonio prepara muchas cosas para perdernos, pero el corazón inmaculado de la Virgen ya ha triunfado con su presencia.

Las profecías sobre el mundo, son fuertes, de lo que podría venir si el mundo no se convierte, si no rezamos y adoramos a Dios como se lo merece.

Otras profecías están guardadas.

La Virgen dice que hay que esperar nuestra respuesta a Dios y ver si se cumplen o no, o si serán atenuadas con el cambio del corazón.

Algunas profecías están guardadas, algunas serán reveladas con el permiso de Dios.

Sólo Dios va a decir si van a ser reveladas.

Otras profecías fueron dadas por la Virgen en 1990: algunas se cumplirán rápido, y algunas ya se cumplieron tal como había anunciado.

El mensaje central de las apariciones es volver a amar y a conocer más y adorar a Jesucristo, vivo y presente en la Sagrada Eucaristía.

El mensaje es eucarístico.

Hay que adorarlo para reparar todos los ultrajes que se le hacen permanentemente.

También el mensaje se centra en la consagración del mundo al corazón de María y al corazón eucarístico de Jesús, en la gran evangelización que partirá de Salta al mundo entero, en la preparación para la segunda venida de Jesús, en la unión entre Oriente y Occidente, en la esperanza que es Jesús y nos conduce a su corazón eucarístico y finalmente en vivir el amor del corazón de Jesús, y vivir con ese amor un tiempo de eternidad en este mundo.

También esté el mensaje de la Virgen, que es fundamental para la vida del cristiano: el rezo del rosario diario (esto agrada mucho a la Virgen), la confesión mensual para limpiar el corazón de los pecados e impurezas que acumulamos todos los días, la misa diaria si es posible más la misa dominical.

Hay que dedicarle un día especialmente a Dios Padre que nos da la vida y tantas gracias durante el tiempo que vivimos.

Hay que consagrar el domingo a Dios y no faltemos al sacrificio eucarístico.

También es importante el ayuno para combatir al enemigo.

La Virgen pide ayuno a pan y agua durante 3 días (lunes, miércoles y viernes) a partir de las 0 hs.

Luego, a las 7/8 de la noche, se puede comer una cena liviana y sobria al terminar el día ofrecido a Jesús.

La Virgen pide que lo hagamos secretamente, ofreciéndoselo sólo a Dios.

El ayuno es fuerte, los enfermos están exceptuados de hacerlo.

Es importante que todos ayunemos para complacer a Cristo; con ese ayuno se logran muchas gracias espirituales y físicas.

Aún estando sano, el ayuno nos va a beneficiar físicamente, y vamos a estar más saludables.

La gente está confundida, y piensa que cuando uno ayuna, se enferma.

No es así, capaz que ya estabas enfermo y no lo sabías.

El demonio pone estas cosas en la mente para que no ayunemos porque conoce el poder que tiene el ayuno.

La Virgen quiso que María Livia se ampliara sobre este tema en esta charla.

Luego, María Livia habló sobre la devoción a los Santos, muchos los olvidamos, y son intermediarios que piden a la Virgen y piden a Jesús por la vida, las necesidades y por la conversión de las almas especialmente.

En cuanto a la confesión, cuenta que es muy importante en nuestra vida.

Muchos no se confiesan porque no tiene pecados graves.

Es importante la confesión para la conversión del alma.

Aquellos que no reconocen sus propios pecados, están en una gran oscuridad y el demonio hace que crezcan en soberbia, lastimando la conciencia y oscureciéndolas más.

La Virgen pide expresamente la Confesión.

Hay que hacer examen de conciencia, que ahora se hace poco.

No es solamente pedir perdón, sino que se aumenta la fortaleza y la gracia de nuestras almas después de la bendición del Sacerdote en nombre de Cristo y el demonio no tiene fuerza sobre nosotros.

Nosotros crecemos en gracia y Dios va entrando en nuestros corazones.

No venimos a Salta buscando algo, sino que nos llevamos lo que la Virgen quiere darnos.

María Livia dice que el mensaje de esperanza es el más importante.

Junto con la catequesis que la Virgen da, está el mensaje de esperanza para nosotros y el mundo entero.

La esperanza que nace en los corazones, va haciendo mucha fuerza, y es la fuerza que nos va a llevar al Cielo y va a hacer que otros vayan al Cielo también.

María Livia cuenta que en el rezo del rosario de los días sábados, la Virgen baja y se posa a centímetros del suelo y acompaña en el rezo del rosario.

Después, la Virgen bendice de pie a los peregrinos y después se pone de rodillas y le pide a Jesús que descienda y nos abrace, y nos de todo su amor y las gracias necesarias.

Por su intercesión, el Señor baja del cielo y se acerca y abraza a cada persona y entrega su amor eucarístico.

Esta gracia que Jesús da al mundo a través del corazón inmaculado de María se da hace mucho tiempo.

No sabemos cuándo va a terminar.

Como en todas las apariciones, va a terminar pero las gracias en el Santuario van a estar igual como en todos los Santuarios del mundo.

Más tarde, empezaron las preguntas de los peregrinos.

Se pregunto qué santos estuvieron el día anterior en el Cerro.

Durante las apariciones, también acompañan a la Santísima Virgen, muchos santos.

Los 2 Santos que están siempre presentes en la oración de Intercesión son el Padre Pio y San Antonio de Padua.

Hay muchos santos, a veces los conoce, otras veces no.

El día anterior, no reconoció a ninguno de los otros Santos presentes.

Muchos ángeles bajan del Cielo también.

Esto es como pasa en la Misa.

Cuando Cristo se hace presente, también la Virgen y muchos Ángeles bajan con Cristo.

Otra pregunta estuvo relacionada con el consejo para atraer almas a Jesucristo para adorarlo.

La mejor manera es adorando, y que nosotros demos ejemplo de vida para que los demás nos miren y miren a Cristo.

Jesús en el Evangelio dice que nuestra vida es de evangelización, los demás van a ver que somos verdaderos cristianos y vamos a atraer almas.

En la pregunta vinculada a los “lugares de refugio especiales” que mencionó la Virgen en uno de sus mensajes, la Virgen dice que va a ir preparando esos lugares, quiere que todos nos convirtamos, y que en cada hogar se rece el Santo Rosario y se convierta y que se vaya a misa.

Cuando comulgas en la Misa, en el corazón llevas a Jesús y lo llevas al hogar y así vas bendiciendo la casa, y así el hogar se convierte en eucarístico.

Por eso, la Virgen está predicando.

Contó un ejemplo lindo.

Cuando se tiró la bomba de Hiroshima, no quedó nada, todo fue destruido.

Sólo quedó en pie una pequeña iglesia jesuita, que le dedicaba mucho tiempo al rezo del rosario.

Seguían el pedido de la Virgen de Fátima, que pedía rezo del Santo Rosario.

En ese lugar, la Virgen protegió especialmente con su corazón inmaculado.

Nada pudo destruirlos, ni siquiera los sacerdotes sufrieron algún tipo de lesión.

En cuanto a la consulta de recibir la Comunión en la mano, María Livia dijo que a la Virgen no le gusta esto.

Nunca lo dijo directamente en algún mensaje.

María Livia tuvo muchas visiones.

Hay que recibir la eucaristía con mucho respeto.

Es nuestro Señor Jesucristo.

Cuando el sacerdote consagra la Hostia, Jesús está presente en cuerpo, alma y divinidad y en cada partícula de la Hostia, está todo el cuerpo de Cristo, no se divide.

Entonces, muchas veces pasa que una persona tira una partícula al suelo por la poca formación eucarística y viene otra persona y pisa esa partícula que se cayó al suelo.

Esto es lamentable porque Dios está presente en la Sagrada Eucaristía y los sacerdotes muestran tantos cuidados en la misa, cuando limpian el Copón, etc.

Y nosotros pisoteamos el cuerpo de Cristo como si fuera una galleta.

Comulgar en la mano lo hacían los primeros Cristianos y ellos eran verdaderos Santos y mártires, eran conscientes de todo esto y hasta se dejaban matar para no dejar pisar la Hostia.

San Tarsicio se dejó matar antes de entregar a Cristo.

(Llevaba la comunión a los cristianos presos).

Pero hoy en día, hay muchos cristianos y con mala formación.

Entonces, hay que ser coherente entre lo que decimos y hacemos.

No es necesario que la Virgen diga que no comulguemos en la mano.

Tenemos que tener nosotros más consciencia.

María Livia quisiera que observemos lo que hacen los sacerdotes antes de la Consagración, y cuando limpian los copones.

No tiene que ver con el hecho de tener las manos sucias o no, tenemos todo sucio, entonces por eso es importante recibir la Comunión en la boca.

El sacerdote lo hace con cuidado, y debería poner la patena abajo.

El demonio quiere que comulgar en la mano perdure.

Nosotros dejamos que otros razonen por nosotros.

La Virgen no quiere esto.

La Virgen dice en un mensaje:”piensen, tengan su propio discernimiento a la luz del Espíritu Santo”.

Hay que rezar mucho, y a medida que nos vayamos confesando, yendo a misa, ayunando, vamos a tener luz, conocimiento, y vamos a ir cambiando la mentalidad, pensando cómo piensa la Virgen y Jesús, con sus corazones.

Una peregrina contó que sintió la voz de la Virgen en el cerro.

María Livia dice que es una gracia, que la puede comunicar a todos.

María Livia dice que tal vez la Virgen quiere que trabaje más para ella, que convierta su corazón, y ayude a otra a que se conviertan y otras recen.

Otra consulta referida al hecho de traer peregrinos al cerro, María Livia dice que es un incentivo del Espíritu Santo, es bueno traer gente a Dios, es una inspiración de Dios, venir a un lugar donde se reza, y se confiesan tantas personas.

Se hizo una pregunta referida a la Oración de Intercesión.

Qué se recibe en esa oración?

Cuando la persona cae hacia atrás o cuando no cae (Es lo mismo), la persona se entrega a los brazos de Jesús, y recibe la paz y el amor de Cristo.

Se reciben gracias espirituales que Dios sabe que la persona necesita, y otros reciben la gracia física según la divina voluntad de Dios.

Un peregrino preguntó si la Virgen estaba presente en el encuentro del domingo.

María Livia contó que la Virgen estaba ahí presente en ese momento, que quería estar presente para acompañarnos e ir sanando e intercediendo por la sanación.

En otra consulta, María Livia dijo que había que hacer caso al sacerdote confesor, que aconseja de parte de Dios.

Seguir la dirección espiritual.

Otra persona preguntó sobre cómo vivir los mensajes de la Virgen en el seno de la familia.

María Livia dijo que es simple, que hay que leerlos profundamente, meditar un mensaje por día, tratar de vivir ese mensaje, leer el Evangelio todos los días y rezar el rosario todos los días en familia si es posible.

La familia tiene que crecer junta en Dios y la mejor manera es rezando el rosario. Los mensajes son simples y fáciles de seguir.

Reflejan el Catecismo de la Iglesia.

Hay que tratar de cumplir lo que dice la Virgen, entonces hay que vivir el mensaje día a día y hacer lo que Dios pide a través de esos mensajes.

Hay un mensaje fuerte relacionado con muchas religiosas; muchas almas van a caer en el pecado.

No van a ser testimonio del Evangelio.

Hay un enfriamiento cierto.

El demonio va a entrar en muchas comunidades religiosas, lo va a hacer enfriando los corazones de las religiosas, dejando entrar al mundo.

Se convierten en activistas con poca vida de oración.

Más allá de la adoración, el demonio no para de trabajar.

El ponerse a adorar no es signo de santidad: a veces adoramos en presencia, pero no de corazón, no con el alma.

Se necesita que se adore en verdad, cualquier otra adoración es vana.

Hay que cuidarse mucho, porque voy a misa, hago adoración, pero hay que hacerlo con madurez.

Hay que madurar en fe y amor para subir al Cielo.

Hay que adorar de verdad a Cristo, si son 10 minutos de adoración, que sean de verdad.

Si no puedo adorar una hora, que se haga de a poco, pero de verdad.

Hubo otra consulta de una religiosa referido a un pedido de traslado dentro de su comunidad.

María Livia dice que es agradable a Dios que acepte el cambio que le pide la Comunidad.

No obstante, hay debilidad humana, y le dice que ponga todo en el corazón de Jesús, y se lo ofrezca.

Hay que dejar todo en el corazón de Jesús, y Dos va a poder hacer lo que él quiera.

Los pecados de uno, perjudica al otro y así sucesivamente, entonces es fundamental ser luz para que Jesús obre con su misericordia y Justicia.

Hay que poner amor en el corazón hacia los hechos negativos (en el caso de la religiosa su problema con su superiora, lo que nos rodea, etc.).

Cuanto más crecemos espiritualmente, tenemos más madurez.

La religiosa peregrina dice que un obispo francés dijo que los Cristianos íbamos a desaparecer.

María Livia dice que el demonio no va a triunfar.

Los cristianos somos débiles y la culpa es nuestra, y vamos a ser menos.

Dijo que capaz que con las apariciones de la Virgen se va a ayudar a que no seamos menos.

Hay profecías pendientes, que su cumplimiento depende de nosotros, de nuestra respuesta a Dios, de esperar en Dios, de confiar en Dios.

Cuando seamos pocos, vamos a tener una lucha grande, y un martirio muy grande.

Por eso, es importante ser más, porque la unión hace la fuerza.

Pidió que recemos para que seamos muchos y sostengamos al Santo Padre, desde nuestro lugar, con nuestra fe, con ser creyentes.

Un hombre peregrino de 50 años, que tuvo muchos pecados en el pasado, y que está tratando de ser mejor cristiano ahora, preguntó a María Livia si en la batalla final, iba a estar parado sólo o la Virgen y los ángeles lo iban a acompañar.

Y preguntó también cómo mejorar “el promedio” para tener mejores chances a la luz de los pecados del pasado.

María Livia le contestó que con respecto a la muerte, sólo Dios y él sabían cómo estaba el alma.

Si ahora, él está en una conversión constante (como tenemos que estar todos hasta el último día de nuestra vida), entonces en el combate final que vamos a tener cuando se acerca la muerte, va a ser un momento muy fuerte pero Dios que es misericordioso va a permitir que estén los ángeles y los Santos ayudándonos, y muchas almas del purgatorio, (las que ahora están en el Cielo) nos van a ayudar también.

También aquellas almas del purgatorio por las que nosotros hayamos rezado nos van a ayudar en ese momento de la muerte.

Satanás se siente celoso, y quiere robarse el alma.

Hasta el último momento, Satanás va a luchar y va a tratar que reneguemos de Dios y cometamos pecados en ese momento.

Por eso, hay que rezar mucho.

En ese momento, Dios va a poner a San Miguel Arcángel, y luchará para que el alma no sea quitada por el Demonio.

María Livia dijo que hay que rezar por ese momento de agonía, por ese momento final, toda la vida.

Recemos para no negar nunca a Dios y no cometer pecados.

En cuanto a la otra pregunta del peregrino de cómo mejorar el promedio, María Livia dijo que no se preocupe de los pecados, a veces nos sentimos en la cumbre, otras en el barro, por lo que hay que ser rigurosos, hay que hacer buenas confesiones más todo lo que acompaña a la vida espiritual y seguir un sendero que nos lleve a Dios.

Se preguntó si en el encuentro del domingo en la charla, había algún santo presente.

María Livia dijo que estaba Santa María, y muchos ángeles, pero que no había santos de altar, que en camino a la Santidad muchos.

Se le preguntó también cómo lograr un matrimonio santo.

Dijo que es difícil, que ya el deseo de ser santo, implica que quiere ser santo, y puede lograrlo con la ayuda de Dios y la Virgen.

Otra pareja preguntó qué se esperaba de ellos como familia.

María Livia respondió que es importante que los esposos compartan la vida religiosa desde el corazón, que vayan juntos a misa.

Muchas veces los matrimonios no comparten muchas cosas, cada uno hace su vida y a la larga socavan los cimientos del matrimonio.

María Livia dio entonces su opinión personal, de compartir los buenos y malos momentos con los esposos, ser compañeros desde el corazón y poner a Dios y la Virgen en el medio.

Hay que aceptar que la Virgen quiere el matrimonio y hay que pedirle que nos auxilie en momentos difíciles.

María Livia dijo que vive una realidad matrimonial normal, también el matrimonio está lleno de peligros tanto para la mujer y para el hombre, por lo que hay que estar atento uno del otro, poner atención en el otro, eso significa el matrimonio cuando Dios está en el medio.

María Livia dijo que es muy celosa, con el buen celo, de lo que tiene (esposo, hijos) y dijo que si los tiene es porque Dios se los dio.

Entonces hay que cuidarlos con el buen celo que viene de Dios.

Dio así el mensaje de que las esposas cuiden mucho a los esposos y a la inversa también.

Otra pregunta estuvo relacionada con cómo reparar los pecados.

María Livia dijo que como lo pide la Virgen, esto se puede hacer con una buena vida de oración y mortificación.

La confesión es una mortificación interior, por eso la Virgen recomienda esto (confesión mensual, y si hay algún pecado mortal, acudir a la confesión).

Hay que crecer en la vida religiosa con las virtudes humanas.

No hay que tirar comida, no ensuciar el suelo patrio, etc.

En realidad, habría que besar el suelo en agradecimiento.

Todo comportamiento debería hacerse para ser agradable a Dios.

Dios está encima de nosotros y cada cosa que hacemos, Dios nos conoce.

Hay que crecer en las virtudes, y así vamos creciendo en todo lo demás, aunque no nos demos cuenta.

El alma así se va hermoseando ante los ojos de Dios.

Un chiquito peregrino preguntó que había que hacer para ser servidor de la Virgen (las personas con pañuelos celestes que ayudan en el cerro los días sábados).

María Livia le dijo que era una muy buena pregunta, que todos podemos ser servidores de la Virgen, Muchos ayudan a los peregrinos que llegan al Santuario.

Le dijo que él podía ser servidor de Virgen en su casa, en el colegio.

Podía ser servidor de la Virgen si era un buen chico y ante alguien que lo ofendiese, en vez de pegarle, podría decirle “por amor a la Virgen, no te devuelvo el agravio, quiero a la Virgen y eso a ella no le agrada”.

Se puede ser servidor de la Virgen, obedeciendo a los padres, siendo buen alumno, estudiando, siendo un buen amigo, yendo a misa…

Una de las últimas preguntas estuvo relacionada con el fin del mundo.

María Livia dice que la Virgen no dice nada sobre las profecías del fin del mundo.

En algún momento el mundo va a terminar, la Virgen no dijo nada y sólo Dios conoce cuando va a pasar esto.

Dice que igualmente, hay que estar preparado, y no porque exista una profecía.

Si estoy preparado, no voy a tener miedo.

Cuando uno está preparado para morir, sabe que vamos a ir al encuentro de Dios.

No hay que temer y seguir adelante.

Una peregrina le dijo que tenía una foto sacada en el cerro donde se le aparecía una cruz.

María Livia le dijo que esas son todas gracias y que debía agradecer a Dios por ello y que llevar peregrinos al Cerro, era bueno para Dios y que debía seguir creciendo en la vida espiritual.

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